EL PACTO DE DIOS

EL PACTO DE DIOS: "El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos, y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de casas en ruinas" Isaías 58.11-12

martes, 4 de octubre de 2011

El verdadero significado de la Cruz

En los tiempos modernos, sin previo aviso y casi imperceptiblemente, ha surgido en los círculos evangélicos populares una nueva cruz.

Su forma es como la antigua, pero a la vez, diferente ¡Los aspectos parecidos son superficiales, las diferencias son fundamentales!

De esta nueva cruz ha surgido una nueva filosofía de vida cristiana basada en un enfoque evangelístico nuevo y totalmente diferente. El evangelista trata de mostrar que el cristianismo no hace demandas desagradables; más bien, ofrece las mismas cosas que el mundo, sólo que a un nivel más alto. Este nuevo punto de vista determina que esta cruz moderna no mate al pecador, más bien lo encamina.

El trasfondo filosófico de esta teoría puede ser sincero, pero es tan falso como ciego. Pasa por alto completamente todo el significado de la cruz.

La antigua cruz es símbolo de muerte. Se yergue para el fin abrupto y violento del ser humano. En tiempos del Imperio Romano, el hombre que tomaba su cruz y comenzaba a caminar con ella, nunca volvía. No salía a encaminar su vida, no salía para luego regresar ¡salía para terminar con ella!. La cruz no intentaba tener una buena relación con su víctima ¿Quién desde su púlpito cree eso?. La cruz golpeaba con crueldad y dureza, y cuando había concluido su duro trabajo, el hombre había dejado de existir.

La raza de Adán está bajo sentencia de muerte. Dios no puede aprobar ninguno de los  frutos del pecado. Al venir a Cristo no trasladamos nuestra vieja naturaleza a un plano más alto, la dejamos en la cruz. ¡De esta manera Dios salva al individuo liquidándolo y luego resucitándolo a una vida nueva!

En la actualidad, observamos con mucha lástima como en muchos de los púlpitos de nuestras iglesias ya no se predica el tema de la cruz. 

Esa cruz áspera en donde murió Jesucristo ha sido archivada en los escritorios pastorales, dando paso a temas como la doctrina de la prosperidad, la guerra espiritual, claves para vencer el stress, secretos para la depresión, una vida con con propósito, cursos para emprendedores, la aventura del amor, conceptos financieros; entre otros; por supuesto son temas del momento, como decía un conocido periodista deportivo ¡eso es lo que le gusta a la gente!, y por supuesto la atrae y llena iglesias.

Con relación a uno de los cursos mencionados, de vigencia en nuestros tiempos, un amado misionero en el Seminario Bíblico (Carlos Parodi) se preguntaba ¿Qué quiere decir entonces, que la iglesia antes de este curso vivía sin propósito, su vida era un despropósito? ¿La iglesia andaba a la deriva sin ruta y sin norte?      

El Dr. J. I. Packer en su libro "What did the cross achieve?" afirma de manera contundente que "la cruz nos lleva al corazón mismo del evangelio cristiano". Se cuenta que el ministerio del Dr. Martin Lloyd-Jones experimentó un cambio radical cuando una noche -después de predicar en una iglesia- el pastor le hizo notar que la cruz y la obra de Cristo parecían tener poco lugar en su predicación. Quedó tan tocado con esta observación que procuró agenciarse de dos libros: "La expiación" y "La muerte de Cristo", era tal su ansia de conocer más del tema que hasta dejó de ingerir sus alimentos en el afán de estudiarlo. Así luego de un estudio concienzudo declaró haber encontrado "la auténtica médula del evangelio y la clave del significado profundo de la fe cristiana". ¡Cuán importante es que volvamos a la locura de la cruz!.

La realidad es que el tema de la cruz ha ido cediendo espacio, se le ha quitado muy sutilmente de la iglesia, y poco a poco ha sido desplazada. Antes estaba en los altares hoy la han quitado, siendo reemplazada en su lugar por los instrumentos musicales por la "buena música" -no interesa cuanto cuesten pues la grey lo paga sale de sus bolsillos-  (no estamos en contra de aquella música que nos que lleva a la adoración y alabanza); sin embargo, hoy en el altar tiene preeminencia la buena coreografía y los buenos  instrumentos musicales porque hay que satisfacer los sentidos en detrimento de la cruz, eso es "marketing evangélico". 

Hoy hemos echado mano de la tecnología en la iglesia, de lo académico, la cual no es mala pues los que hacemos Sembrando vida en la Familia hemos sido formados académicamente. 

Sin embargo, este uso de la tecnocracia se está haciendo desmedidamente. Hemos visto en algunas iglesias que se está convirtiendo en un culto alas estrategias, a los objetivos, al planinng, al coaching, al FODA, entre otros.

Queremos hacer reingeniería en la iglesia ¿"reingeniería eclesial"?. Ahora aplicamos el FODA en la iglesia, el marketing ¿"mercadeo evangélico"?, las estrategias, los planes, ¿queremos ver la Iglesia del Señor como una empresa?.... alguien por ahí dijo que quería eso... ¡ver que la iglesia funcionara como una empresa!  

Lo que sucede es que queremos crecer no importa como, y si algunos están en contra, que se vayan de la iglesia no interesa, otros vendrán y ocuparán el espacio dejado, así dice cierto personaje muy conocido en su libro (Rick Warren)... total otros vendrán a la iglesia, y la  llenarán, encandilados por la iluminación, la coreografía y por la música, pero no por "el evangelio de la cruz", como decía Pablo. 

Para los que comparten está forma de pensamiento, no les interesa las ovejas que se van de la iglesia (olvidando lo que decía el Maestro acerca de las oveja perdida), sólo son autómatas que obedecen "doctrinas extranjerizantes y trasnochadas" que ha surtido efecto en otras latitudes, pero a un alto costo: reemplazando el verdadero evangelio de la cruz por un evangelio licuado, un evangelio light, un evangelio de masas, como decía un amado pastor (Dr. Pedro Torres) del Seminario Bíblico un "evangelio Macdonalizado", que agrada al oído pero que no salva, sólo adormece.

¿Y por qué sucede esto? Es que la cruz significa dolor, renuncia, negación y muerte; como decía el mismo Dr. Pedro Torres en el Seminario "la cruz indica la aceptación de padecimiento", y eso no es agradable ¿a quién le gusta sufrir?, y es que hay un costo que es inherente al llamado que nos hace el Señor.

Mar 8:34 "Y llamando a la gente y a sus discípulos,  les dijo:  Si alguno quiere venir en pos de mí,  niéguese a sí mismo,  y tome su cruz,  y sígame".

Ahora los cultos de edificación -es decir, los cultos en los cuales se predica para el crecimiento de la iglesia- son terminados como si fuesen cultos evangelísticos haciendo el llamado aceptar a Jesucristo; pero no se habla de arrepentimiento, ni de conversión, de ese costo que va inherente al ser discípulo de Cristo, de eso se enteran después,... por eso muchos "creyentes" no se involucran en las cosas de la iglesia, porque no han entendido cuanto costó la salvación, son gente sin gratitud al Señor, y los culpables somos los pastores por no decir la verdad claramente, sin embargo, somos los llamados a predicar la locura de la cruz.
  

La cruz, aquella en donde murió Cristo por nosotros, nos demanda arrepentimiento, renuncia, muerte al Yo, y rendir a los pies de Jesucristo la vida misma (la familia, las metas, las posesiones, los títulos), pues Él pagó con su sangre un alto precio, haciéndonos libres del poder de las tinieblas y dándonos vida juntamente con Él anulando el acta de condenación que existía en contra de nosotros y clavándola en la cruz:

Colosenses 2:13-14 "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,..."

El apóstol Pablo definió su evangelio como "la palabra de la cruz". Su ministerio consistía en "predicar a Cristo crucificado". Describía el bautismo como la participación en la muerte de Cristo y la Cena del Señor como una proclamación de su muerte. Valientemente declaraba que si bien la cruz parecía a muchos "locura" o "piedra de tropiezo", en realidad se trataba de la esencia misma de la sabiduría y el poder de Dios. Tan convencido de esto estaba Pablo que había resuelto, como se lo expresó a los corintios, renunciar a la sabiduría del mundo y no saber entre ellos otra cosa sino "a Jesucristo, y a este crucificado".

Gálatas 6:14 "Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo".

Bueno en verdad el tema es amplio, en otra oportunidad estaremos tocándolo, pues ha quedado mucha tinta en el tintero. ¡Volvamos a predicar la realidad de la cruz!

Publicado por el Ps. Félix Jara

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