EL PACTO DE DIOS

EL PACTO DE DIOS: "El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos, y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de casas en ruinas" Isaías 58.11-12

jueves, 6 de septiembre de 2012

CÓMO SER UN BUEN ESPOSO

A comienzos de su relación matrimonial, el conocido predicador metodista William E. Sangster (1900-1960); y autor de libros como "El secreto de la vida radiante", "El arte de las construcción del sermón", "El arte de la ilustración del sermón", dijo a su esposa: "No puedo ser un buen esposo y un buen ministro. Voy a ser un buen ministro".

Su labor ministerial empezó a llenarse de muchas demandas, ya sea como predicador u orador, teniendo a menudo que realizar viajes para cumplir con su abultada agenda de conferencias. Cuando estaba en su  casa, raras veces sacaba a su esposa a cenar o una noche de esparcimiento o de caminar por un parque para así compartir tiempos de compañerismo. Tampoco la ayudaba con los quehaceres del hogar.

Su hijo empezó a advertir que en la relación de sus padres existían fallos, y sin embargo, por respeto a su padre escribió lo siguiente: "Si un buen esposo es un hombre que ama a su esposa absolutamente... y se dedica a sí mismo a una causa que es mayor que ellos dos, entonces mi padre era un buen esposo como ministro".

Sin duda alguna que Sangster estaba comprometido con su esposa, pero definitivamente él pudo haber sido un mejor esposo y un mejor ministro si hubiera estado más preocupado por las necesidades de ella que por su repleta agenda.

Esta historia nos hace reconocer que aquellos que tienen posiciones de responsabilidad (llámese en los negocios, en los nuevos proyectos, en la empresa, en la oficina o en la iglesia) tienen demasiadas demandas, muchas de las cuales son impostergables.

Sin embargo, si somos ciudadanos del Reino, y por ende hijos de Dios, que anhelan obedecer los mandamientos y preceptos de su Señor, deberíamos de tomar en serio las instrucciones del apóstol Pablo: amar a sus esposas de la manera que Cristo amó a su iglesia, quién llegó incluso hasta la muerte (y muerte de cruz) por ella. Lo que significaría encontrar maneras de dar de sí para ellas, incluso en los pequeños detalles de nuestra vida de pareja, así como Jesucristo nos enseño dándonos ejemplo de amor para su iglesia.

Tratemos a nuestras esposas como a vasos frágiles y como coherederas de la gracia para que nos vaya bien en cada aspecto de nuestras vidas. Si las cosas no te están yendo bien en la vida (negocios, trabajo, proyectos de vida, en el ministerio, etc.) revisa tu conducta con tu esposa, quizás estás haciendo todo lo contrario que Dios demanda de ti para con tu esposa.

Recuerda que tus hijos están mirando y de seguro repetirán tus malas costumbres. Ya es tiempo de cambiar. Además, tu esposa no es tu muchacha es tu COMPAÑERA DEL ALMA y COMPAÑERA DE MILICIA. Amala como Jesucristo amó a su iglesia y se entregó así mismo por ella, llegando hasta el sacrificio.

Desde aquí en Sembrando Vida en la Familia te animamos a que ames a tu esposa con el amor que Jesucristo tuvo para con Su iglesia, es decir un AMOR SACRIFICIAL. ¿lo puedes hacer?. Si lo haces, bendiciones de Dios vendrán sobre ti y tu casa, tus oraciones serán escuchadas y todo lo que hagas prosperará... te lo decimos con conocimiento de causa.

Y lo más hermoso ¡La Gloria de Dios será sobre tu hogar!

Ps. Félix y Eli Jara

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